Hablamos con Ernesto Igartua Arregui, Investigador Científico del CSIC en la Estación Experimental Aula Dei, en el campo de la Genética y Desarrollo de Materiales Vegetales. Será el encargado de la ponencia inaugural «Presente y futuro de la mejora genética de la cebada en España» de las XXXI Jornadas Técnicas de la AETC, que se celebrarán el 29 y 30 de octubre en la Feria de Zaragoza.
AETC-¿Qué supone la celebración de un evento como la XXXI edición de nuestras Jornadas Técnicas en Zaragoza?
EIA-Es una oportunidad excelente para que los agricultores, las empresas y la sociedad aragonesa en general dispongan de un foro de información y discusión sobre el principal pilar de nuestra alimentación, los cereales. Quiero agradecer especialmente a los organizadores de las jornadas que hayan previsto una presencia destacada de ponencias de investigadores. Estoy seguro de que hablo por todos mis colegas si digo que estamos encantados de participar en las discusiones de un foro como este y de comunicar a la gente lo que hacemos con su dinero, al menos los que trabajamos en el sector público.
AETC-Actualmente, la sociedad está muy concienciada en el respeto al medioambiente y la adopción de prácticas sostenibles, ¿cómo la mejora genética puede ayudar en este sentido?
EIA-La mejora genética es una actividad esencial para asegurar unos sistemas de producción sostenibles y respetuosos con el medio ambiente, los cuales no dejan de ser conceptos sinónimos. Los mejoradores actuales saben que la sostenibilidad, en sentido amplio, no sólo medio ambiental, es más que un objetivo, es un marco de referencia para nuestra actividad. En este sentido, quiero destacar la evolución que se ha producido en la mejora en los últimos 50 años. Hace medio siglo, la revolución verde supuso la adopción de variedades de trigo y arroz de alta productividad. Ese resultado constituyó uno de los mayores logros de la humanidad en la lucha contra el hambre y dio un impulso decisivo a la investigación en genética de cultivos. Sin embargo, ese triunfo estuvo basado en un “paquete tecnológico” completo de nuevas variedades y también de técnicas culturales, incluyendo un uso más intensivo de fertilizantes y otros agroquímicos, que han acarreado nuevos problemas.
Los planteamientos actuales son distintos. Con el tiempo, la sociedad se ha dado cuenta de que la agricultura tiene su parte de responsabilidad sobre algunos problemas medioambientales, como la contaminación por nitratos y fosfatos, la reducción de biodiversidad, la salinización del suelo, la escasez de agua, etc.
Dicho todo esto, existen caminos para conseguir una agricultura sostenible, y la mejora genética es uno de los más directos. Se está trabajando mucho en todo el mundo, pero en España mucho menos de lo que deberíamos, en buscar adaptaciones de los cereales al medio ambiente que esperamos tener en el futuro cercano. Nuestra seguridad alimentaria depende de ello. El cambio climático nos expondrá a condiciones nuevas, y debemos tener cultivos preparados para responder.
AETC-¿Cuáles son las principales prioridades a conseguir con la mejora genética?, ¿qué técnicas son las más utilizadas e innovadoras en agricultura para incrementar la producción de cultivos?
EIA-La mejora genética siempre ha perseguido la obtención de variedades superiores. En general, se pueden dividir las prioridades entre las de aumentar la productividad potencial de los cultivos, y las de reducir la distancia entre la productividad real del campo de cultivo y la productividad potencial. Entre estas últimas, están la mejora frente a plagas y enfermedades y condiciones ambientales como el calor, la sequía, la salinidad, etc.
Las técnicas más usadas en la investigación aplicada, en la obtención final de variedades, son todavía las viejas técnicas de cruzamiento y selección en las descendencias. Sin embargo, todas las grandes empresas y grandes programas han incorporado de modo rutinario los marcadores moleculares. Estos caracteres, las letras del ADN, se usan para seleccionar directamente el genoma, sin tener que ver las plantas, cuando se conoce a priori la relación entre el genoma y las características deseadas, del mismo modo que el diagnóstico genético se está extendiendo en medicina.
Otra área en la que hay un enorme progreso es la medida de las plantas en respuesta a cualquier condición. Además de seguir midiendo caracteres clásicos, como el rendimiento, hay un gran desarrollo de técnicas de imagen para medir las respuestas inmediatas de las plantas a la sequía, a la aplicación de un fertilizante, al ataque de una plaga, etc., dotándonos de una cantidad de útiles de predicción que a principios de siglo casi ni existían.
AETC-¿Cómo ha evolucionado la mejora genética en cultivos de cereal?, ¿cuáles son los últimos avances?, ¿cómo ha ayudado la tecnología?
EIA-Se suele pasar por alto que una variedad de cebada, trigo, maíz, arroz o avena, es un producto de alta tecnología, resultado de largas actividades de investigación, más empírica al principio, más dirigida actualmente. La mejora ha evolucionado a una velocidad de vértigo, como todas las disciplinas basadas en la biología. Está incorporando técnicas, enfoques ymétodos nuevos continuamente.
En los cereales, desde hace mucho tiempo son posibles todos los avances gracias a la transgenia, aunque el rechazo del público haimpedido su desarrollo. La edición génica, que no es lo mismo, está generando unas expectativas enormes de acceso preciso y controlado al genoma. Los investigadores estamos realmente esperanzados con esta técnica y hay cientos de laboratorios en todo el mundo trabajando en edición génica de los cereales. Sin embargo, estamos profundamente preocupados por la decisión del Tribunal de Justicia europeo, de considerar la edición génica como una técnica OGM, pues puede provocar un retraso letal para la investigación y la agricultura europeas. Los investigadores esperamos que acaben imperando los criterios científicos y el sentido común. Hablando de cereales, estamos hablando de comida, de seguridad alimentaria. No podemos perder tiempo para aplicar las soluciones que empezamos a tener en la mano por un principio de precaución exagerado.
Enlazando con las preguntas anteriores, quiero destacar que los avances tecnológicos no sólo no son incompatibles con una agricultura sostenible, incluso ecológica, sino que serán parte esencial de ella. Los mejoradores actuales somos muy conscientes de que trabajamos en un ecosistema y tenemos en cuenta las interacciones, beneficiosas y perjudiciales, con otras especies. En este sentido, una tendencia reciente de la mejora es la atención que se está prestando a la microbiota del suelo, buscando microorganismos que permitan a los cultivos crecer mejor y resistir a estreses de todo tipo.
AETC-En la ponencia inaugural de las XXXI Jornadas Técnicas, tratarás la mejora genética en cebada, principal cereal cultivado en Aragón, ¿nos podrías adelantar qué temas tratará en la misma?
EIA-Un tema que quiero destacar es la importancia de realizar la mejora en condiciones lo más cercanas posible a las de la producción y empleando el material mejor adaptado.
Los cereales, como cultivos extensivos, están plenamente expuestos a las inclemencias del tiempo. Las plantas deben estar bien adaptadas al clima, y las variedades locales de cebada o de trigo han estado adaptándose a las condiciones españolas durante milenios. Actualmente, han sido sustituidas casi por completo por variedades modernas, la mayoría procedentes de otros países. Hablaré del interés de las variedades locales españolas para encontrar caracteres de adaptación y trasladarlos a la mejora de variedades. Estamos buscando genes (de hecho, ya hemos encontrado algunos), que ayuden a mantener e incluso incrementar los rendimientos actuales de la cebada.
AETC-¿Qué otros temas consideras que son interesantes de tratar en una jornada de este tipo, según las exigencias actuales del sector?
EIA-Los investigadores queremos conocer de primera mano las inquietudes y necesidades de la industria, en particular en cuanto a las características de calidad de los productos que necesitan. Creemos que es posible explorar la diversidad genética tan rica que tenemos en España, y la excelencia de los grupos de investigación, para conseguir productos mejores, productos nuevos como la cebada para alimentación humana, y diferenciados de los que vienen de otros países. Para ellos, debemos coordinarnos en actividades de colaboración público-privada que amparen iniciativas de este tipo.