Bajo el título “la política fiscal en el pan, la paradoja española”, este informe científico, realizado por Joan Quílez de la Asociación Española de Técnicos Cerealistas (AETC); Nancy Babio y Jordi Salas-Salvadó de la Unidad de Nutrición Humana de la Facultad de Medicina y de Ciencias de la Salud, Universidad Rovira i Virgili, y avalado por diversas asociaciones y entidades de ciencias de la salud relacionadas con la alimentación y la nutrición, se solicita al Gobierno la unificación y reducción del IVA de los panes integrales y de fibra, del 10% al 4%, por ser los que reúnen las mejores características nutricionales que contribuyen a evitar enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), como las cardiovasculares, la diabetes y el cáncer, que son el 91% de las muertes en España. A este respecto, se destaca que la ingesta de tres o más porciones de cereales integrales al día reduce las ECNT.
Según un estudio de la UE, la medida beneficiaría y permitiría que las clases más desfavorecidas se puedan acceder a este tipo de panes que contribuyen a evitar enfermedades crónicas no transmisibles y, por tanto, a una mejor alimentación, exceptuando aquellos que incorporen azúcares y grasas de cualquier origen, salvo el caso del aceite de oliva.
Otra ventaja de facilitar el acceso al pan integral, es una acción coste eficiente en términos de salud con el consiguiente impacto en la reducción de gasto sanitario.
La evolución del consumo de pan en España tiene una tendencia generalizada a la baja. Los factores que inciden son varios, pero en general asistimos a una desviación del patrón saludable de dieta mediterránea junto con condicionantes de tipo social y mediático. Esta evolución forma parte de un profundo cambio en los patrones de consumo de los últimos 40 años, en los que los productos cárnicos se consumen por encima de las recomendaciones, observándose paralelamente un declive de cereales y derivados, frutas, verduras y legumbres.
Existen otros alimentos con similar problema. Así por ejemplo la pasta alimentaria integral, el aceite de oliva extra virgen o el yogur también tienen un IVA del 10%, mientras la leche o el queso gozan de un IVA supereducido del 4%. El informe destaca que es importante en los próximos años revisar a fondo la política fiscal en relación a los alimentos en España con la mirada focalizada en las directrices de Salud Pública para mejorar la salud de los españoles en base a las evidencias científicas.
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