Hablamos con Asier Sopelana, ingeniero químico, experto en huella e implementación de estrategias de economía circular y partner manager de Factor CO2, sobre la huella de carbono y de la próxima jornada del 17 de junio en la que participará.
AETC.-¿Qué es la huella de carbono y cómo se calcula en la cadena de valor cerealista?
AS.-Como consecuencia del desarrollo de cualquier actividad económica son liberadas a la atmósfera una cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). La actividad agrícola no es una excepción, ya que utiliza diversas fuentes de energía a lo largo del proceso productivo. La suma de esas emisiones de gases es lo que denominamos huella de carbono, la cual nos permite identificar las fuentes de emisiones de los GEI y establecer medidas eficaces para su reducción o eliminación.
Dentro de la cadena de valor cerealista existen diferentes agentes implicados desde el cultivo de la materia prima hasta su comercialización, por lo que cada agente debe calcular su huella de carbono e informar a su agente anterior o posterior de la misma.
Por ejemplo, en la cadena cerealista el primer paso sería calcular la huella de carbono de los responsables del cultivo, los agricultores, y los materiales que usan para su labor, como serían los fertilizantes, sistema de riego, gasoil o aceites. El siguiente agente sería el responsable de los suministros y la comercialización del producto, además del almacenamiento y secado del grano. Se trata del agente o agentes que proporcionan a los agricultores las materias primas y diversos servicios, ya sea recoger, almacenar o comercializar el producto, por lo que se calcula la huella de factores como la procedencia de las semillas, el transporte, el almacenamiento, los sistemas de ventilación, el tratamiento para la conservación del grano o los procesos de secado, entre otros.
Los últimos pasos para calcular la huella de carbono en la cadena cerealistas serían el transporte del grano hasta el siguiente eslabón en la cadena productiva, como puede ser el comprador, y calcular la huella en la gestión de residuos en todo proceso.
AETC.-¿Qué actuaciones están desarrollando las empresas del sector para su reducción?
AS.-Una vez calculada la huella de carbono la empresa puede conocer en detalle qué tipo de gases de efecto invernadero está expulsando a la atmósfera y qué medidas tomar para su reducción.
Actualmente, la fertilización nitrogenada es el factor crítico más importante sobre el que las empresas están actuando a la hora de reducir su huella de carbono. Gracias a la introducción de leguminosas en la rotación de cultivos la disminución de GEI está siendo posible, y además mejora la productividad. También es aconsejable el uso de residuos orgánicos disponibles en la zona como fertilizantes naturales.
El segundo punto crítico al que se enfrentan las empresas del sector cerealista es el consumo de gasoil en los procesos de producción. Una manera decisiva de hacer frente a la huella de carbono dentro de esta área es la correcta elección del sistema de laboreo, así como del tractor adecuado y el manejo apropiado del mismo.
Otros aspectos por considerar son el secado del maíz y el uso del agua de riego, siempre y cuando exista un gasto energético asociado a la presión del agua. Es importante constatar que las medidas propuestas tienen una repercusión económica y medio ambiental positiva en las explotaciones, puesto que, en definitiva, de lo que se trata es hacer un uso eficiente de las materias primas y de la energía.
AETC.-¿Qué beneficios más allá del impacto ambiental obtienen las empresas que trabajan con estrategias de reducción de la huella de carbono?
AS.-Además del ya conocido beneficio medio ambiental existen diversos beneficios competitivos para las empresas que deciden calcular si huella de carbono y estructurar una estrategia entorno a esta.
Por ejemplo, es favorable para la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y otros objetivos de marketing, mejoras la imagen de tu empresa gracias a la participación en el Carbon Dosclosure Project (CDP) o el Dow Jones Sustainability Index (DJSI). También das respuesta a las peticiones de los stakeholders, logras “la neutralidad en carbono”, ayudas a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de ONU y mejoras tu posicionamiento en el mercado gracias al carácter innovador y pionero de las iniciativas tomadas.
AETC.-¿Alcanzaremos en un futuro próximo la neutralidad de emisiones?
AS.-La cadena alimentaria es una de las principales fuentes de dos gases de efecto invernadero, el dióxido de carbono (CO2) y el metano (CH4), sin embargo, tiene un gran potencial para secuestrar y almacenar carbono en las plantas, los árboles y los suelos.
La neutralidad de carbono en la cadena alimentaria es posible, si se adoptan prácticas de gestión agrícola adecuadas para optimizar el equilibrio de carbono en los sistemas del sector. Estas pueden incluir, por ejemplo, prácticas destinadas a reducir las emisiones de CH4 del ganado, iniciativas que den lugar a un menor uso de insumos agrícolas (combustibles, plaguicidas, fertilizantes), la inversión en tecnología limpia y consumo de energía renovable o prácticas que ayuden a mantener el carbono almacenado en los suelos a través de actividades, como la forestación o el cambio de uso de la tierra.
AETC.-¿Cuáles son los principales temas que se van a tratar?
AS.-El próximo 17 de junio se realizará la jornada online “Huella de carbono y neutralidad de emisiones en la cadena de valor cerealista” donde trataremos diferentes temas como la situación actual teórica de la huella de CO2, hablaremos de casos reales y qué acciones se están tomando, y profundizaremos en temas como la certificación en huella de carbono.
Además, habrá una mesa redonda con el objetivo de debatir sobre las mejores estrategias para llegar a la neutralidad y cuál es la hoja de ruta de la huella de carbono más eficaz en la cadena de valor de la industria cerealista. Todo esto de la mano de experto de diversas empresas como Factor Ideas for change, Lloyd’s Register… (las demás están pendientes de confirmar)